Este artículo está dedicado a un pionero del juego en Estados Unidos. Procedente de una familia numerosa de medios modestos, el inmigrante Nick Abelman amasó una gran fortuna y se convirtió en propietario de varios casinos famosos en Nevada y otros estados. Murió hace décadas, pero su ejemplo sigue inspirando a nuevos empresarios que intentan triunfar en la industria del juego.
Cómo empezó todo
Los Abelman se trasladaron a Estados Unidos desde Lituania y se establecieron en Chicago. Soportaron todas las penurias y privaciones de la vida como colonos pobres. Para alimentar a sus hijos, los padres se veían obligados a aceptar cualquier trabajo sucio. En 1890, enviaron a Nick con sus dos hermanos y su hermana al hijo mayor, que tenía trabajo en una de las ciudades de Michigan.
Nick también empezó a trabajar, y pronto llegó a ahorrar una pequeña cantidad. Junto con un amigo, que también encontró algo de dinero, abrieron un casino. Los socios no limitaron la venta de alcohol en la sala, encontraron mesas de póquer, unas cuantas máquinas tragaperras mecánicas primitivas y ruleta.
Su casino tuvo mucho éxito y generó unos ingresos considerables, pero al finalizar el contrato de arrendamiento tuvieron que cerrarlo. Abelman se trasladó a Detroit, donde intentó repetir su éxito invirtiendo en varios casinos. Sin embargo, allí se encontró con la corrupción oficial y la delincuencia rampante, por lo que decidió trasladarse a otra región.
Traslado a Nevada
Eligió Nevada, con su ciudad minera en desarrollo. Nick se instaló primero en Goldfield, donde trabajó en el transporte de pasajeros y entregó mercancías por tierra a los propietarios de las minas locales. Esto le permitió conocer a gente importante.
Nevada empezó a crecer rápidamente hasta convertirse en una ciudad industrial. Abelman abrió varios casinos que gozaron de gran popularidad entre personas de distintas clases sociales. Todos los casinos se abrieron en las instalaciones que pertenecían a Wingfield, el propietario de la mayoría de las minas de la región.
Con este mismo magnate, Abelman amplió su negocio a Reno, donde antiguos guardias de Wingfield dirigían sus casinos. Eran muy capaces y estaban decididos a llenar el casino con éxito, actuando en una región llena de gángsters y policías corruptos.
A pesar de la "ley seca", vendían alcohol a los visitantes del casino y les ofrecían putas, cuyas actividades no estaban prohibidas en aquella época.
Innovaciones en el juego
Algún tiempo después, Abelman se trasladó a Reno y abrió allí el primer casino que podía llamarse sólido. Se llamaba Ship and Bottle. Los visitantes no eran sólo lugareños, sino también estrellas de Hollywood, atletas famosos e incluso políticos.
A principios de los años treinta, Abelman compró un pequeño casino, el Riverside Buffet, y lo convirtió en un lujoso club de juego. Durante muchos años, fue el local de ocio más prestigioso del mundo. Lo vendió en 1949 por una suma considerable para la época.
Más tarde, Nick fue propietario total o parcial de varios casinos en Nevada y California, como el Willow Club, el Stateline Club, el Christmas Tree Lodge y el Waldorf, entre otros.
Fallecimiento
Abelman murió en 1951y era propietario de varios casinos y negocios en la industria minera. Todos ellos fueron traspasados a sus sucesores.