Cada día, en todo el mundo, millones de personas visitan los casinos. Algunas de ellas pierden fortunas en los clubes de juego. Pero aún así, son pocos los que ganan en los casinos. Nadie discutiría que tales personas son muy, muy raras. Casi todas estas personas utilizaron trucos que les ayudaron a hacerse ricos.
¿Quién era Wang Dong?
La siguiente discusión se centra en el crupier que consiguió destruir muchos casinos en pocos días. Esto ocurrió en Australia a finales de la década de 1990. Uno de los crupieres de casino, Wang Dong, decidió hacerse rico. Como trabajaba en este sector, desarrollar algunos trucos y ganar en el casino era mucho más fácil. No actuó solo. Para ello, recurrió a la ayuda de un crupier de casino.
Don ideó una forma bastante sencilla pero lucrativa de obtener beneficios en el casino. Consistía en barajar en falso.
Su desarrollo le llevó unos meses. Este barajado sólo era relevante en el juego del bacará, donde todo depende de la suerte. Antes de que se repartan las cartas, el jugador apuesta y tiene la oportunidad de ganar o empatar.
- El fraude consistía en que el crupier sólo barajaba una parte de la baraja.
- Esta parte de la baraja consistía en las cartas devueltas tras el reparto del crupier.
- Wang y varias personas de su equipo sentadas con él en la mesa anotaban las cartas y sabían el resultado de la siguiente mano.
- Visitaban los casinos todos los días y hacían las mayores apuestas permitidas.
Ganaron un cuarto de millón de dólares australianos en los casinos en pocos días.
¿Cómo le pillaron?
Algún tiempo después, los empleados y propietarios de los casinos empezaron a darse cuenta de que alguien les estaba engañando. En 1998, disponían de un equipo lo suficientemente bueno como para ayudar al servicio de seguridad a vigilar lo que ocurría en el casino. Al principio, no podían entender adónde iba el dinero. Luego, se fijaron en un pequeño grupo de personas que hacían las mayores apuestas y ganaban constantemente. Estaba claro que eran ellos.
Tenían que determinar cómo engañaban exactamente al casino. Tras una larga observación, uno de los agentes se dio cuenta de que el crupier barajaba una parte de la baraja.
Así, se descubrió este engaño. Los empleados del casino fueron detenidos y se demostró su culpabilidad.
La policía tuvo que atrapar a su jefe. Pero también era fácil, y la seguridad ya estaba esperando el momento en que Wang apareciera en el casino para detenerlo.
¿Qué le ocurrió al tramposo?
Se incautó todo el dinero que robó a los casinos en tan poco tiempo. Y el defraudador fue condenado a tres años de prisión.