Charles P. Miller nació hacia 1851 en Texas, hijo de un funcionario del condado. Su educación durante la época de la Reconstrucción estuvo marcada por lo que los contemporáneos describieron como "indulgencia paterna", lo que al parecer contribuyó a su comportamiento rebelde. A la tierna edad de 15 años, Miller ya había desarrollado un grave hábito de bebida y, según los relatos históricos, había "caído en malas compañías con ambos sexos". Su comportamiento hizo que su padre le repudiara, tras lo cual el joven Miller empezó a "viajar sobre raíles" hasta llegar a Nueva Orleans, Luisiana.
La carrera de Miller en el juego comenzó en Nueva Orleans, donde trabajó como "tapador" para el mayor S.A. Doran en su establecimiento de juego de Royal Street. Fue durante este periodo de formación cuando Miller aprendió los entresijos de los trucos de confianza y la "dirección de bunco", una forma de estafa en la que se atrae a las víctimas a juegos de azar amañados.
Tras acumular 35.000 dólares gracias a su trabajo en Nueva Orleans, Miller se trasladó a Nueva York, donde abrió un pequeño local de juego. Este establecimiento pronto adquirió notoriedad en el submundo delictivo de Nueva York como un "antro de desollamiento", jerga para referirse a un lugar donde los clientes eran desplumados habitualmente.
La operación de Miller fue una de las mayores empresas de bunco de Estados Unidos a finales del siglo XIX. Era conocido por dirigir sus planes a través de secuaces, lo que dificultaba enormemente su persecución penal. A su seguridad operativa se sumaba su extensa red de conexiones policiales y políticas, que le otorgaban una influencia considerable dentro del sistema legal de Nueva York.
Entre los terrenos de Miller para cazar víctimas adineradas se encontraban comunidades acomodadas y complejos turísticos frecuentados por la alta sociedad neoyorquina, como Long Branch, Nantasket Beach y Richfield Springs. Dirigía su organización principalmente durante los meses de verano y pasaba el resto del año frecuentando establecimientos de clase alta.
Aunque las cifras exactas son imposibles de determinar, los registros históricos sugieren que Miller amasó al menos varios cientos de miles de dólares a lo largo de su carrera criminal, una suma enorme para finales del siglo XIX. Miller era conocido por su afición al juego y solía apostar sumas considerables en las carreras de caballos. Los registros indican que una vez perdió 20.000 dólares (equivalentes a más de medio millón de dólares actuales) en un solo día en el hipódromo. También abandonó el juego del faro tras perder 18.000 dólares en una sola sesión en un centro de juego de Saratoga.
Se decía que Miller tenía su cuartel general en "una farola en la esquina suroeste de Broadway y la calle Veintiocho, contra la que generalmente se le podía encontrar apoyado".
A pesar de ser un delincuente notorio, Miller contaba con la extraordinaria lealtad de sus secuaces.
Al principio se unió a una "camarilla de jugadores" al llegar a Nueva York, pero una vez que aprendió lo suficiente de ellos, se hizo con un socio más experto y empezó a competir con los principales estafadores de la época.
Charles P. Miller fue un jugador, confidente y estafador estadounidense que dirigió una de las mayores operaciones de bunco de Estados Unidos a finales del siglo XIX. Se le conocía popularmente como el "Rey de los Bunco Men".
Un timador de bunco era un estafador que identificaba y se acercaba a víctimas potenciales (o "objetivos"), se ganaba su confianza y luego las conducía a juegos de azar amañados en los que los cómplices del timador les estafaban su dinero.
El 7 de noviembre de 1881, el tabernero Billy Tracy disparó a Miller en el estómago en el bar de Broadway de Dick Darling, tras una disputa entre ambos hombres. Miller murió poco después de ser trasladado al hospital de Nueva York.
Aunque se desconocen las cifras exactas, los relatos históricos sugieren que Miller amasó al menos varios cientos de miles de dólares a lo largo de su carrera criminal, lo que equivale a millones en dinero actual. Sin embargo, gran parte de esta fortuna se la gastó en su extravagante estilo de vida y en sus hábitos de juego.
Billy Tracy fue juzgado por el asesinato de Miller, pero fue declarado inocente por falso testimonio. Tras su absolución, Tracy volvió a regentar su taberna en la calle Veintinueve Oeste.