Nacido en Stettin, Alemania (actualmente Szczecin, Polonia), el 1 de diciembre de 1931, Richard Jarecki vivió en primera persona la agitación de la Europa de preguerra. Su familia, de ascendencia judía, huyó de la Alemania nazi a finales de la década de 1930 y emigró a Estados Unidos, estableciéndose en Asbury Park, Nueva Jersey. Completó su educación secundaria en el Asbury Park High School antes de cursar estudios superiores en la Universidad de Duke. Un aspecto notable de su trayectoria académica fue el regreso a su Alemania natal para licenciarse en Medicina por la Universidad de Heidelberg. Durante su residencia en el Jersey Shore Medical Center, se casó con Carol Fuhse, una estudiante de enfermería. Posteriormente, la pareja se trasladó a Alemania, donde Jarecki continuó sus estudios en la Universidad de Heidelberg, periodo que también marcó el inicio de sus incursiones en el mundo de los casinos.
La carrera de Jarecki dio un giro poco convencional al pasar del campo de la medicina al del juego profesional. En las décadas de 1960 y 1970, se embarcó en un esfuerzo sistemático por identificar sesgos en las ruletas de varios casinos europeos. No se trataba de una búsqueda de la suerte, sino de un meticuloso ejercicio de recopilación y análisis de datos. Jarecki, a menudo en colaboración con su esposa Carol y otras personas, dedicó largos periodos, a veces superiores a un mes, a registrar meticulosamente los resultados de decenas de miles de tiradas de ruleta.
Su análisis reveló un dato crucial: debido a pequeñas imperfecciones, desgaste y variaciones de fabricación, ciertas ruletas mostraban un sesgo sutil pero predecible, que hacía más probable la aparición de números concretos. Aunque se dice que utilizó un ordenador de la Universidad de Londres para descifrar estos patrones, su método principal consistía en la observación diligente y el análisis estadístico.
Jarecki se centró estratégicamente en los casinos europeos, que utilizaban ruletas de 37 números (cero simple), a diferencia de las ruletas de 38 ranuras (doble cero), predominantemente estadounidenses, lo que ofrecía unas probabilidades ligeramente mejores para el jugador. Además, consideraba que los casinos europeos eran menos propensos a interrumpir bruscamente la racha ganadora de un jugador. Su éxito en establecimientos como el Casino de Sanremo llevó a su director general a calificarlo de "amenaza para todos los casinos de Europa", expresando su deseo de que desapareciera para siempre. Incluso cuando los casinos intentaron contrarrestar su estrategia cambiando las ruedas, el buen ojo de Jarecki le permitió reconocer las características únicas de cada rueda. Al final, los casinos se adaptaron cambiando las ruletas con más frecuencia y colaborando con los fabricantes para producir ruedas con tolerancias más estrictas, minimizando las imperfecciones aprovechables.
Tras sus cuantiosas ganancias, estimadas en más de 1,2 millones de dólares, Jarecki regresó a Estados Unidos a mediados de la década de 1970. Entonces se aventuró en el comercio de materias primas, principalmente oro y plata. Su interés por el juego persistió, ya que ocasionalmente jugaba al blackjack y a la ruleta en los florecientes casinos de Atlantic City, Nueva Jersey y Las Vegas.
Richard Jarecki estaba casado con Carol Fuhse, enfermera titulada. Juntos tuvieron tres hijos: dos hijas y un hijo. En sus últimos años, Jarecki residió en Manila (Filipinas) durante más de dos décadas. Su hermano, Henry Jarecki, también se dedicó a la medicina antes de lograr un considerable éxito financiero como comerciante de materias primas, convirtiéndose en multimillonario.
Al parecer, Richard Jarecki ganó más de 1,2 millones de dólares en casinos europeos durante los años 60 y 70 aprovechando los sesgos de las ruletas.
Jarecki era licenciado en Medicina y en un principio se dedicó a la medicina, antes de dedicarse con éxito al juego profesional.
Él y su familia escaparon de la Alemania nazi a finales de la década de 1930.
A pesar de su tapadera, su método se basaba en la observación meticulosa y el análisis estadístico de las tiradas de la ruleta, más que en tecnología sofisticada.
Sus principales objetivos eran los casinos europeos con ruletas de un solo cero.
Poseía una notable habilidad para reconocer ruletas individuales incluso después de cambiarlas.
El legado de Richard Jarecki reside en su demostración de cómo un juego de azar aparentemente aleatorio podía abordarse con una mentalidad científica y analítica para obtener una ventaja significativa. Se le recuerda como un jugador que ganó no gracias a la suerte, sino a una investigación diligente y a la identificación de defectos físicos explotables. Su historia es un ejemplo fascinante del ingenio humano aplicado al mundo de los casinos, y pone de relieve la constante interacción entre los jugadores que buscan una ventaja y los casinos que se esfuerzan por mantener la integridad y aleatoriedad de sus juegos.
Richard Jarecki ganó siguiendo meticulosamente miles de giros de la ruleta e identificando sutiles sesgos físicos en las ruedas que hacían más probable que se produjeran determinados números. A continuación, apostó estratégicamente por esos números.
Aunque al parecer Jarecki se escudó en el uso de un ordenador de la Universidad de Londres, su método principal consistía en la observación minuciosa y el análisis estadístico de resultados anteriores.
Los casinos europeos utilizaban principalmente ruletas de un solo cero, que ofrecen unas probabilidades ligeramente mejores para el jugador en comparación con las ruletas de dos ceros predominantes en Estados Unidos. Además, Jarecki creía que los casinos europeos eran menos propensos a expulsar a los jugadores con éxito de forma abrupta.
Los casinos intentaron prohibir a Jarecki la entrada en sus locales y, reconociendo sus métodos, empezaron a cambiar las ruletas con más frecuencia y trabajaron con los fabricantes para crear ruedas con tolerancias más estrictas y menos imperfecciones.
Tras ganar más de 1,2 millones de dólares, Jarecki regresó a Estados Unidos y se convirtió en comerciante de materias primas, comerciando con oro y plata. También jugaba ocasionalmente al blackjack y a la ruleta en Atlantic City y Las Vegas.