Reuben Parsons era natural de Nueva Inglaterra, aunque los datos concretos sobre su infancia siguen siendo escasos en los registros históricos. Nacido a principios del siglo XIX, Parsons se convertiría más tarde en una de las figuras más influyentes de la historia del juego estadounidense, a pesar de sus humildes orígenes.
Parsons llegó a Nueva York con la intención de iniciar un negocio legítimo, pero perdió sus ahorros en una casa de juego. En lugar de rendirse, vio una oportunidad y construyó un imperio del juego con su socio John Frink. Desde 1840 hasta la década de 1860, dirigieron unos 350 salones de juego por todo Manhattan, formando la primera gran organización criminal de Estados Unidos, aunque poco estructurada.
Conocido como el "Gran Banquero Americano del Faro", Parsons destacaba por su aspecto modesto y su enfoque centrado en los negocios. Tras su pérdida inicial, nunca volvió a apostar, optando en su lugar por financiar a los jugadores y gestionar las operaciones. Permaneció entre bastidores, confiando en Frink para gestionar los asuntos cotidianos y utilizando espías para vigilar la ciudad.
Modelo de negocio e impacto
Parsons y Frink revolucionaron el juego al tratarlo como un negocio. Su sistema de financiación y creación de redes se convirtió en un modelo que influyó en las operaciones de juego ilegal hasta bien entrado el siglo XX.
El hecho de que Parson evitara deliberadamente la atención pública probablemente contribuyó a la escasez de datos personales disponibles sobre él. A diferencia de muchos jugadores de éxito de su época, que alardeaban de su riqueza con estilos de vida extravagantes, Parson mantuvo una imagen pública modesta.
Parsons amasó una importante fortuna gracias a sus operaciones de juego. Demostrando una notable perspicacia para los negocios, invirtió gran parte de sus ganancias del juego en bienes inmuebles, creando una cartera legítima que finalmente le permitió retirarse cómodamente de sus operaciones ilícitas.
Tras la jubilación de Parsons, sus operaciones fueron continuadas por Zachariah Simmons, que mantuvo el control con el apoyo de la infame maquinaria política Tweed Ring. El sistema creado por Parsons representó la primera red organizada de juego de la historia de Estados Unidos y estableció unas pautas operativas que influirían en el juego clandestino durante generaciones. A pesar de carecer de la estructura formal de las organizaciones criminales posteriores, sus métodos para controlar y beneficiarse de las actividades de juego ilegal crearon un modelo que se seguiría y perfeccionaría a lo largo de la historia de Estados Unidos.
Parsons es importante porque creó lo que los historiadores consideran la primera gran organización de juego de Estados Unidos. Su modelo de negocio para las operaciones de juego ilegal creó un modelo que influiría en el juego clandestino durante más de un siglo.
A diferencia de los jugadores típicos de su época, Parsons vestía con sencillez, mantenía una actitud discreta y se negaba a apostar personalmente tras su pérdida inicial. Enfocaba el juego como una aventura empresarial más que como un pasatiempo, centrándose en la financiación de las operaciones más que en la participación en los juegos.
En su apogeo, Parsons y su socio John Frink controlaban aproximadamente 350 salones de juego en todo Manhattan y empleaban una red de espías e informadores para mantener sus operaciones.
Aunque la operación de Parsons se considera la primera gran organización delictiva del juego estadounidense, carecía de la estructura centralizada y corporativa de los sindicatos del crimen posteriores. La mayoría de los operadores de su red conservaban el control independiente de sus establecimientos, aunque pagaban al sistema de Parsons.
Después de que Parsons se retirara, sus operaciones fueron continuadas por Zachariah Simmons, que mantuvo el control con el apoyo de la maquinaria política Tweed Ring y operó con apuestas ilegales y chanchullos políticos durante la época posterior a la Guerra Civil.