Nick el Griego nació en el seno de una familia acomodada en Rethymnon, Creta (entonces parte del Imperio Otomano). Su padre era comerciante de alfombras y su padrino constructor naval, lo que le garantizó una educación privilegiada.
Educación: Estudió Filosofía en el Colegio Evangélico Griego, obteniendo un título que más tarde le valió el apodo de "El Aristóteles de la línea de no pasar".
Traslado a Estados Unidos: A los 18 años, su abuelo le envió a Estados Unidos.
Primera experiencia de juego: Tras un romance fallido en Chicago, se trasladó a Montreal, donde aprendió a jugar a las carreras de caballos con un jockey. En seis meses, convirtió su asignación en 500.000 dólares, que perdió con la misma rapidez.
La carrera como jugador de Nick el Griego estuvo marcada por pérdidas y ganancias astronómicas, lo que cimentó su reputación de intrépido apostador.
Lo más destacado
Amistades: Nick se mezcló con celebridades como Frank Sinatra, Aristóteles Onassis e incluso Albert Einstein, a quien presentaba en broma como "Pequeño Al de Princeton" para evitar el escrutinio.
No se casó: Nunca se casó, dedicando su vida por completo al juego.
Años posteriores: Arruinado pero imperturbable, jugaba partidas de póquer a 5 dólares en California, con la famosa frase: "Sigue siendo póquer, ¿no?".
El patrimonio neto de Nick ha fluctuado mucho:
No. Aunque se asoció con mafiosos, sólo era un jugador profesional.
Se calcula que ganó y perdió más de 500 millones (15.000 millones en la actualidad).
Sí. Al parecer jugaban al póquer juntos, y Nick le presentaba como "Pequeño Al".
Priorizaba la emoción del juego a la riqueza, y a menudo donaba o perdía sus ganancias.