Nacido el 11 de junio de 1926 en Delhi (India británica), John Aspinall era hijo del Teniente Coronel Dr. Robert Stivala Aspinall, cirujano del ejército británico de ascendencia maltesa, y de Mary Grace Horn. Tras el divorcio de sus padres, su madre se volvió a casar con Sir George Osborne, baronet, quien envió a Aspinall a la Rugby School. Sin embargo, fue expulsado por su bajo rendimiento académico y más tarde asistió al Jesus College de Oxford, aunque nunca llegó a graduarse y optó por saltarse los exámenes finales para asistir a la Copa de Oro de Ascot.
Imperio del juego
Aspinall empezó su carrera como corredor de apuestas, pero su verdadero éxito le llegó al organizar exclusivas fiestas privadas de juego de alto riesgo en Londres. En aquella época, el juego de casino era ilegal en el Reino Unido, pero Aspinall aprovechó una laguna legal para organizar partidas privadas de Chemin de Fer (Chemmy) en propiedades alquiladas. Sus eventos atraían a aristócratas, políticos y élites adineradas, y las apuestas alcanzaban a menudo decenas de miles de libras.
En 1958, Aspinall tuvo problemas legales cuando la policía hizo una redada en una de sus partidas. Se defendió con éxito en los tribunales, lo que dio lugar a una sentencia histórica conocida como la Ley de Aspinall, que legitimaba temporalmente el juego privado. Sin embargo, el gobierno británico no tardó en aprobar la Ley de Apuestas y Juego de 1960, que regulaba los casinos y ponía fin a las operaciones clandestinas de Aspinall.
Sin desanimarse, en 1962 fundó el Clermont Club, un prestigioso casino de Mayfair destinado a la élite londinense. Más tarde surgieron rumores de que Aspinall colaboraba con gángsters para estafar a clientes adinerados, aunque estas afirmaciones siguen siendo controvertidas. En 1972 vendió el Clermont, pero más tarde regresó a la industria del juego y abrió otros clubes en Knightsbridge y Mayfair.
Conservación de la naturaleza
Además de sus aventuras en el juego, Aspinall era un apasionado amante de los animales. En 1956 compró Howletts, una finca en Kent, donde estableció un zoo privado. Más tarde adquirió el zoo de Port Lympne, ampliando sus esfuerzos en la cría de especies en peligro de extinción. En la actualidad, ambos zoológicos están gestionados por la Fundación Aspinall, que continúa su labor de conservación.
Aspinall se casó tres veces:
Tenía conexiones con la alta sociedad, incluida una controvertida asociación con Lord Lucan, desaparecido en 1974 tras ser acusado de asesinato. Aspinall afirmó que Lucan se había suicidado, aunque persisten las especulaciones.
Las empresas de juego de Aspinall generaron una enorme riqueza, pero su fastuoso estilo de vida y sus gastos en zoológicos le dejaron a menudo en apuros económicos. Se dice que ganó 30 millones de dólares con la venta de sus casinos en 1983, pero en los años 90 volvió a tener dificultades financieras, lo que le llevó a abrir Aspinalls, un nuevo club de juego.
Aspinall fue expulsado de la escuela y abandonó los estudios en Oxford.
Una vez perdió 173.500 libras en una sola noche de juego y convenció al ganador para que devolviera el dinero.
Sus zoológicos eran conocidos por permitir interacciones estrechas entre cuidadores y animales, lo que provocó varios incidentes mortales.
En 1997 se presentó como candidato al Parlamento por el Partido del Referéndum, pero perdió.
John Aspinall sigue siendo una figura polarizadora: un jugador carismático que revolucionó el mundo de los casinos londinenses y dedicó sus últimos años a la conservación de la fauna salvaje. Sus zoológicos siguen funcionando y su nombre sigue siendo sinónimo de apuestas de alto riesgo y ambición excéntrica.
Aspinall amasó su fortuna a través de fiestas privadas en las que se jugaba mucho y, más tarde, a través de sus exclusivos casinos, incluido el Clermont Club.
Aspinall era amigo íntimo de Lord Lucan y afirmó que se había suicidado tras desaparecer en 1974. Sin embargo, los rumores sugieren que Aspinall podría haber ayudado a Lucan a eludir a las autoridades.
Sí, Howletts y Port Lympne están ahora gestionados por la Fundación Aspinall, centrada en la conservación de especies amenazadas.
Sí, fue acusado en 1958 pero ganó el caso, lo que dio lugar al término Ley de Aspinall. Sin embargo, la nueva normativa del juego le obligó más tarde a adaptar su modelo de negocio.
En su mejor momento, llegó a valer millones, pero sus gastos extravagantes y en zoológicos le acosaron durante toda su vida, causándole problemas financieros.