El juego desempeña un papel esencial en la vida moderna. La gente lo utiliza de forma diferente. Algunos juegan regularmente en los casinos; otros intentan llevarse el premio gordo en la casa de apuestas. Pero todas estas personas son parecidas, ya que muchos sólo pierden importantes cantidades de dinero en los casinos, y sólo unos pocos consiguen ganar algo.
Pero toda regla tiene una excepción.
¿Quién era el personaje de la historia?
La siguiente discusión se centra en una persona que podría ser el hombre más rico del mundo, pero es un poco exagerado.
Se trata de un hombre llamado Clerk. Apostó en la casa de apuestas, pero el corredor se equivocó y le dio dos boletos en lugar de uno.
Hizo una apuesta de 1 libra en 25 eventos de juego.
Las probabilidades eran de 1:10, y la ganancia aumentaba con cada etapa jugada. Sin más dilación, Clerk rellenó los espacios en blanco con las apuestas tras completar las competiciones deportivas.
¿Le pagaron?
Después de eso, fue a la casa de apuestas y exigió sus ganancias. Por aquel entonces, no podía ni imaginar la inmensa cantidad. Estos hechos ocurrieron en 1993, y ningún ordenador cercano podía calcular inmediatamente las ganancias.
Los resultados finales se conocieron en Londres al día siguiente.
Eran 2327.000 millones de libras.
Es tanto como los recursos en efectivo de toda Gran Bretaña.
Los corredores de apuestas estaban confusos. No tenían ni idea de cómo pagarlo. Pero su miedo se desvaneció cuando no encontraron el segundo blanco. Además, Clerk no tuvo en cuenta el hecho de que todos los boletos fueron fotografiados.
Fin de la historia
En lugar de convertirse en el hombre más rico, Clerk fue detenido.
Durante mucho tiempo, no pudieron ponerle los cargos apropiados, ya que nunca antes se habían dado situaciones semejantes en el mundo.
Querían acusarle de fraude, pero no parecía adecuado imputarle cargos. En consecuencia, le acusaron de falsificación de documentos. El destino de sus cargos era un misterio para todos. El secretario fue suspendido durante un año.
Al final de esta historia, Clerk sólo poseía tres cosas:
- Un cuaderno regalado por el dueño de la casa de apuestas.
- Una oportunidad de hacer una apuesta de una libra.
- Y, por supuesto, su nombre quedará para siempre en la historia.
¿Qué conclusión puede sacar de esta divertida historia?
No intentes engañar a los corredores de apuestas, ¡y menos de una forma tan primitiva!