Esta es la historia de un carpintero que ganó fama gracias a sus agudas habilidades profesionales y a su capacidad para tomar decisiones decisivas. En aquella época, causó muchos problemas a la renombrada policía francesa, que se dedicaba a cometer fraudes en el casino.
¿Quién era Pierre Dugal?
El estafador se llamaba Pierre Dugal y vivió en el siglo XIX en la Costa Azul francesa. Era experto en su oficio y sabía hacer casi todos los trabajos en madera. Como era aventurero por naturaleza, decidió aplicar sus habilidades a un campo ligeramente distinto, aunque fuera más allá de lo permitido por la ley.
Pierre fue al legendario casino de Montecarlo para colocar instrumentos y jugar al bacará. Poco antes de cerrar el casino, se escondió en el armario por la mañana. La historia no dice cómo logró escapar de la seguridad. Quizá se sentó en el retrete y levantó los pies, y el guardia no abrió las puertas de todas las cabinas. Entonces sólo pudo esperar a que los limpiadores salieran del casino.
Entonces Pierre salió del armario y se puso manos a la obra.
A la luz de una linterna, perforó pequeñas ranuras en el interior de la ruleta para que la bola cayera a menudo en determinados bolsillos.
Como era un carpintero virtuoso, los resultados de su trabajo eran totalmente invisibles.
¿Quién ayudó a Pierre Dugal a engañar al casino?
Sin embargo, Pierre no jugaba él mismo a la ruleta para no levantar sospechas. Envió a los miembros de su familia en los que confiaba plenamente. En concreto, cuatro de sus esposas lo hicieron en distintos años.
En aquellos años, la seguridad de los casinos no disponía del mismo arsenal de medios técnicos para detectar fraudes que hoy, así que Dugal se salió con la suya. Se enriqueció y pudo vivir cómodamente hasta el final de sus días. Sin embargo, su mujer murió mientras practicaba sexo salvaje.
Otra esposa estaba celosa de su nueva amante y fue directamente al departamento de la policía francesa que se ocupaba del fraude en el negocio del juego. Allí contó con todo detalle la aventura de su marido. Pierre fue detenido y pasó varios años en la cárcel. Más tarde, se divorció, se arruinó, se volvió a casar y perdió varios miles de francos jugando a la ruleta francesa con su nueva esposa.
Cómo cometer el mismo error
Pero, al parecer, pertenecía a ese tipo de personas que no aprenden de sus errores. Pierre volvió a tener una amante, y ahora otra esposa lo denunció a la policía. Así que Dugal volvió a estar entre rejas. Se rumoreaba que las paredes de su celda eran de madera, pero este ingenioso carpintero no pudo o no quiso encontrar una salida.
Lo curioso es que Pierre no aprendió nada de esta amarga experiencia, y le ocurrió lo mismo por tercera vez. Esa vez no pudo sobrevivir y murió en la cárcel. Sin embargo, la triste fama de sus "hazañas" se extendió por todo el mundo, haciéndole famoso pero sin traerle la felicidad.