Los detalles sobre la primera infancia de Jonathan Green siguen siendo escasos. Nacido en Ohio alrededor de 1813, los años de formación que dieron forma a su camino inicial hacia una vida de juego no están ampliamente documentados. Sin embargo, es evidente que desarrolló una habilidad excepcional en los juegos de cartas a una edad temprana, lo que apunta a una inmersión precoz en el mundo del azar y la competición.
Green saltó a la fama en su juventud como jugador profesional altamente cualificado. Conocido como el "Capitán Green", su reputación se extendió de Texas a Boston. Se hizo muy conocido en el río Misisipi, donde participaba en los juegos de cartas de alto riesgo que predominaban en los barcos fluviales. Su destreza en la mesa de juego era tal que, según se dice, ganó la importante suma de 23.000 dólares en una sola noche en el Chestnut Street Arcade durante la década de 1830, un testimonio de su habilidad y quizás un toque de fortuna. En este periodo de su vida operó en el corazón de la floreciente escena del juego en Estados Unidos.
Sin embargo, en 1842, Green experimentó un giro significativo. Tras residir varios años en Texas, se convirtió a la Iglesia Metodista Episcopal. Este acontecimiento precipitó su repentino y completo abandono del juego. Demostrando un profundo remordimiento, Green trató de resarcir a aquellos a los que había ganado dinero. Durante los nueve años siguientes se dedicó a dar conferencias por todo el país, denunciando las tácticas engañosas empleadas en el juego y denunciando con vehemencia las operaciones de juego ilegales. Su transformación en "el ludópata reformado" le granjeó considerable atención y apoyo, y contribuyó a la aprobación de leyes contra el juego en varios estados.
Su compromiso con la reforma le llevó a convertirse en agente ejecutivo general de la Asociación de Nueva York para la Supresión del Juego. En este puesto, entre 1850 y 1851, Green llevó a cabo una exhaustiva investigación sobre las redes de juego ilegal que operaban en la ciudad de Nueva York. Sus hallazgos, presentados en el Tabernáculo de Brooklyn el 20 de febrero de 1851, revelaron la asombrosa escala de la industria, estimando en aproximadamente 6.000 las casas de juego, incluidos 200 establecimientos de clase alta que atendían a individuos acaudalados, junto con numerosas operaciones de lotería y pólizas. La denuncia de Green, junto con los discursos de figuras prominentes como Horace Greeley, puso de relieve el carácter omnipresente del juego en la ciudad.
Los detalles sobre la vida personal de Green durante su carrera como jugador son limitados. Tras su reforma, dedicó gran parte de su vida a la lucha contra el juego y a escribir. En 1876 se trasladó a Filadelfia, Pensilvania, donde llevó una vida privada y retirada. La tragedia le golpeó en sus últimos años con la muerte de su esposa en 1884. Enfrentado a la indigencia, Green no pudo hacer frente a los gastos de su funeral, por lo que hizo un llamamiento público de ayuda. Las donaciones de personas solidarias le permitieron dar sepultura a su esposa.
Las cifras concretas de los ingresos de Green durante su carrera como jugador no están documentadas de forma exhaustiva, aparte de la notable ganancia de 23.000 dólares en la década de 1830. Como jugador profesional de éxito conocido en gran parte de Estados Unidos, puede deducirse que sus ingresos durante este periodo fueron probablemente sustanciales y procedían directamente de sus ganancias en varios juegos de cartas. Por el contrario, durante su época de reformador y escritor, sus ingresos se habrían desplazado hacia los honorarios por conferencias y la venta de libros. El hecho de que más tarde pasara apuros económicos sugiere que estas actividades posteriores no le proporcionaron el mismo nivel de riqueza que experimentó durante sus años de juego. La rentabilidad de sus inventos tampoco se tradujo en un beneficio económico personal significativo.
Green era conocido por el apodo de "Capitán Green" durante su carrera en el juego, lo que reflejaba su estatus y quizá un cierto aire de autoridad en la mesa de juego.
Su conversión y posterior cruzada contra el juego representan una notable transformación, que pone de relieve el potencial de un profundo cambio personal.
Su detallada exposición de las operaciones de juego en la ciudad de Nueva York proporcionó una valiosa información sobre el funcionamiento interno de la industria ilegal del juego de la época.
Sus contribuciones literarias no sólo sirvieron como memorias, sino también como cuentos con moraleja y denuncias de las prácticas del juego.
Su participación en el Ejército de la Unión y en el Servicio Secreto durante la Guerra Civil demuestra un compromiso con su país que va más allá de su labor contra el juego.
A pesar de su espíritu inventivo y sus numerosas patentes, Green no consiguió un éxito económico significativo con sus creaciones.
El legado de Jonathan H. Green es polifacético. Se le recuerda como uno de los jugadores de cartas más hábiles de su época. Más importante aún, se le reconoce por su impactante labor como reformador que dedicó una parte significativa de su vida a combatir el juego ilegal. Sus conferencias y escritos contribuyeron a concienciar a la opinión pública sobre los peligros y la naturaleza engañosa del juego, y a la aprobación de leyes contra el juego en varios estados. La historia de su vida constituye un convincente relato de redención y una visión histórica del panorama del juego en la América del siglo XIX.
Jonathan H. Green fue una figura estadounidense del siglo XIX que adquirió notoriedad como jugador profesional altamente cualificado antes de experimentar una importante transformación personal y convertirse en un destacado reformador contra el juego, conferenciante y autor.
Como jugador, Green era conocido por sus excepcionales habilidades con los naipes y se le llamaba popularmente "Capitán Green". Era un asiduo de los barcos fluviales del Misisipi y se dice que ganó importantes sumas de dinero, incluidos 23.000 dólares en una noche.
En 1842, tras vivir varios años en Texas, Green experimentó una conversión religiosa y se afilió a la Iglesia Metodista Episcopal. Este acontecimiento crucial le llevó a abandonar el juego y a dedicar su vida a denunciar sus perjuicios.
Como "el jugador reformado", Green recorrió el país dando conferencias en las que denunciaba los trucos habituales del juego y se pronunciaba en contra del juego ilegal. Sus esfuerzos y su popularidad contribuyeron a la aprobación de leyes contra el juego en varios estados. También trabajó como agente de la Asociación de Nueva York para la Supresión del Juego, llevando a cabo una investigación detallada de las operaciones de juego en la ciudad de Nueva York. Además, sus numerosos libros sobre el tema educaron al público sobre los aspectos negativos del juego.
Sí, más allá del juego y la reforma, Green sirvió como capitán en el Ejército de la Unión durante la Guerra Civil estadounidense y más tarde trabajó para el Servicio Secreto de Estados Unidos. También fue inventor aficionado, obteniendo numerosas patentes, aunque éstas no le reportaron un éxito financiero significativo.