En Casinoz, ya hemos hablado de algunos métodos de engaño en la ruleta. Uno de los estafadores más llamativos que eligió este juego fue Pierre Dugal. Le recordaremos que se escondía en el casino antes del cierre y, como era un hábil carpintero, introducía cambios sutiles pero tangibles en la rueda. Como resultado, la bola se detenía a menudo donde él quería.
Parece que, por el momento, esto es imposible porque los casinos están vigilados las veinticuatro horas del día, y las mesas de ruleta están bajo videovigilancia constante. Sin embargo, el progreso no existe, y gracias a los logros de la ciencia moderna, algo así consigue poner en marcha las estafas actuales.
Historias de verdaderos tramposos de la ruleta
Hace unos años, tuve una conversación sincera con un antiguo cliente del casino en el que había trabajado. Este individuo era conocido por ser un jugador de dedos ligeros. La mayoría de los clubes locales se negaban a dejarle entrar, aunque nadie pudo pillarle in fraganti. Confieso que seguimos el mismo camino. Un día, encontramos una excusa ridícula para echarle de nuestro casino.
Durante nuestra conversación, me invadieron sentimientos encontrados. Admiraba sus métodos para hacer trampas y me avergonzaba de mi falta de profesionalidad, que no me permitió pillarle con las manos en la masa porque algunas trampas las hacía en el casino donde trabajé primero como jefe de boxes y después como gerente.
Me recordó a otro cliente, que ya había fallecido, pero que solía jugar a la ruleta y casi siempre ganaba. Que yo sepa, tenía éxito en la mayoría de los casinos.
Resultó que la razón de esta suerte era una botella con una solución específica. Cubría cualquier superficie con una capa finísima, transparente, desafiante y resbaladiza, casi imposible de distinguir del barniz ordinario.
La solución se aplicaba en sectores específicos de la ruleta, y la bola caía en ellos muy raramente, rebotando por el duro recubrimiento.
Muchos empleados del casino tenían acceso a la mesa de la ruleta. Más concretamente, casi cualquier crupier podía entrenarse para jugar a la ruleta siempre que estuviera desocupada por los clientes. Los limpiadores quitaban el polvo y pulían la rueda. Así, era imposible averiguar quién ayudaba al tramposo.
La solución utilizada por el defraudador no era algo único. Se trataba de una sustancia ligeramente modificada utilizada activamente en la industria.
Otras técnicas de engaño en la ruleta
Sin embargo, no fue el único caso de trampas que varios jugadores me comunicaron. He aquí algunos de ellos
- robar fichas de ruleta a crupieres y jugadores,
- usar minicámaras y ordenadores,
- sustitución de apuestas,
- manipular el equipo,
- obligar a los crupieres a cometer errores, etc.
Esté atento a los nuevos artículos de Casinoz. Serán fascinantes.