Todos los jugadores de blackjack saben lo que es contar cartas. En la mayoría de los casinos se considera una violación de las normas. Pero, ¿podemos culpar a los jugadores si sólo utilizan sus capacidades intelectuales sin la ayuda de ninguna tecnología o dispositivo? Sin embargo, ésta es una pregunta retórica, y el equipo de seguridad de todos los grandes casinos no está de acuerdo con ella.
El conteo de cartas en el blackjack comenzó en los años sesenta del siglo pasado. A los casinos no les gusta perder dinero, así que inmediatamente tomaron medidas para evitar el conteo. No todos los esfuerzos fueron prácticos; muchos eran demasiado estrictos, y todos los jugadores de blackjack los ignoraron. Aún así, algunas echaron raíces e incluso se convirtieron en las reglas clásicas.
Comienza la guerra...
Las primeras medidas contra el conteo de cartas fueron demasiado duras.
Por ejemplo, algunos casinos limitaron el uso de reglas como Dividir o Doblar. Naturalmente, esto causó furor entre los jugadores que simplemente dejaron de jugar al blackjack en esos casinos.
Como resultado, esas reglas se mantuvieron sin cambios, pero los casinos consiguieron trucos más sutiles para hacer el blackjack aún más interesante para los jugadores ocasionales pero menos rentable para los contadores.
La razón es que el blackjack original se jugaba con una baraja de cincuenta y dos cartas. Por supuesto, era fácil contar cartas y ganar al casino. En otras palabras, los que dominaban los sistemas de conteo de cartas rara vez perdían. Incluso barajar las cartas con frecuencia y limitar el número de manos no ayudaba.
Un zapato y varias barajas en el Blackjack
Los propietarios de los casinos no pudieron tolerarlo e introdujeron el blackjack con múltiples barajas. El crupier distribuía las cartas mediante un dispositivo llamado "zapato". El juego se hizo más dinámico porque los jugadores no tenían que esperar a que el crupier barajara las cartas después de cada ronda.
Pero varias barajas en el BJ hacían que contar cartas fuera mucho más difícil.
Contar cartas se volvió inútil y no proporcionaba ninguna ventaja sobre la casa. Los contadores no se rindieron, y se desarrollaron sistemas para contar con varias barajas. No eran tan eficaces, pero funcionaban.
Los casinos hicieron otro movimiento. Los crupieres empezaron a "cortar" una parte de las cartas del zapato insertando una tarjeta de plástico especial. Las cartas situadas detrás de esa pieza de plástico no participaban en el juego. Los crupieres podían cortar de una quinta a una tercera parte de todas las cartas del zapato.
Puede imaginarse el golpe que supuso para los contadores de cartas.
Otros métodos
Pero los casinos no se detuvieron ahí. Los crupieres podían "quemar" algunas cartas de muchos palos colocándolas en el soporte de descarte. Se hacía a menudo si el servicio de seguridad sospechaba que el jugador contaba cartas. El motivo de tales sospechas solía ser un cambio brusco de apuesta o el éxito de una partida.
Pero los guardias intentaban descontrolarlo si el jugador seguía ganando a pesar de todo.
Todo casino que se precie tiene una "blіcklist" de jugadores. Varios lugares cooperan en este sentido, aunque compitan en otras esferas.
Nombre | Los productores | volver al jugador | ||
![]() |
99.78% | |||
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99.69% | |||
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99.65% | |||
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99.6% |
Los contadores de cartas contraatacan...
Sin embargo, el conteo en el blackjack sigue teniendo éxito. Se inventan nuevos sistemas, aunque su uso requiere destreza y un despiadado cálculo con la mente fría. Prueba de ello son los informes que, de un modo u otro, divulgan los casinos sobre estos casos de trampas, como se suele decir. Aunque hay que admitir que últimamente los contadores recurren cada vez más a la electrónica, no es del todo legal.
Para calmar al servicio de seguridad, los contadores forman el equipo.
- Una persona que hace apuestas bajas o está sentada en la barra puede contar las cartas a distancia.
- Su compañero no juega, sino que espera en la sala, yendo de mesa en mesa.
- Cuando recibe una señal, empieza a jugar en una mesa determinada.
Se trata de un método eficaz en casinos muy concurridos. La profesionalidad y el arte de estos grupos son sorprendentes. Se comportaban con tanta naturalidad que hasta simpatizaba con los empleados de los casinos.
Créame, el autor de este artículo tiene experiencia en la industria del juego y sabe lo difícil que es a veces detectar a los contadores de cartas.
Un jugador así puede beber mucho y estar completamente borracho porque no necesita contar cartas. Los compañeros lo hacen por él. En este caso, todo se da por perdido como un "trajeado borracho". Los jefes de juego pueden pensar que empezará a perder. En un caso extremo, volverá mañana. Pero no hay suerte. Tales actores no aparecen en un casino más de una vez, lo que no ocurre a menudo.
Queremos advertir a los lectores de que estas empresas suelen tener un final terrible. Como mencionamos anteriormente, los casinos comparten la información que surgirá después de estudiar a fondo el juego. La situación suele analizarse cuidadosamente, y las acciones de los jugadores desconocidos se consideran casi bajo el microscopio. Todos los datos se comparan con la representación general, arrojando luz sobre la situación real. Así, aunque sea a unos cientos de kilómetros, ya se encuentran de frente en el próximo casino.
Por lo tanto, le recomendamos que juegue solo y cuente las cartas si quiere evitar los errores típicos de este proceso que trataremos en detalle en otro artículo.